Una mujer
espera sentada a los pies de una cama.
Un hombre
rompe la orilla de un sobre.
Una puerta
empieza a abrirse.
Dos pares
de ojos se encuentran.
La mujer toca el bolso perfumado.
El hombre
busca el papel con los dedos.
La puerta
se abre otro poco.
Los ojos se
confiesan, vencidos.
La mujer mira la cuna. La sueña, tan pronto, ocupada.
El hombre imagina las palabras que quiere leer en la carta.
La puerta espera el paso.
Los ojos se acercan.
El
nacimiento,
el anuncio,
la llegada,
el beso...;
van apurando el tiempo y son, acaso, más precisos en los instantes que los anticipan
y los hacen todavía futuros.

qué bien lo dice el poeta de "La lluvia"
ResponderEliminarBruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.
(la lluvia, de Jorge Luis Borges)