Llega
inesperada y brutal
como un rayo escapado de la tormenta.
No llega, arremete,
y entonces todo es temblar.
El tiempo -así- es tiempo.
Y por ver que se aleje contamos uno, dos, tres ...
Entretanto, desafina la nota
y escribe la uña en lugar del dedo,
tiembla el cuerpo
y no es por frío
y no es por miedo.
Como siempre, Flor, un cachetazo tus textos... Una mezcla rara de crudeza y belleza.
ResponderEliminarGracias barby!
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