Me gustan las palabras.
Me gusta su música, su sentido, su silencio, su peso.
Guardo, comparto y a veces escribo textos o ideas que me inspiran.

Coordino talleres de lectura y escritura.
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lunes, 7 de abril de 2014

Poema colectivo.

Hoy, en el taller de la biblioteca Sarmiento, llovía y llovía... 
Por eso pensamos, hablamos y casi sentimos la lluvia, a pesar de estar bajo techo. 
Al final, hicimos este poema colectivo: 

Lluvia.

Cae la lluvia copiosamente, desde espesas nubes grises, negras, amenazantes,
y parece que quisiera arrasar la vida.

Cae ante mí, con sus bastones oblicuos, indiferente, impasible y fría.
El agua, como una gelatina acomodada a la piel de la tierra,
que la espera en su inocencia llana.

Caminar bajo la lluvia que moja mi cara, mi pelo, mi ropa.
Y pensar …

que lo que para algunos es precipitación de oro en su estado más puro, la gloria de Dios; es para otros un caos.

Lluvia-Sed de vida que inundas el mundo, fuerte, tormentosa, cálida y profunda.
Jamás se ha visto con tanta constancia horadar la tierra.

Rocas fuertes, poderosas que a tu paso se convierten en hojas.

Maligna, arrasas con todo lo que encuentras en el camino.
Pecado de dejar sin techo a miles de familias,
hombres y mujeres que corren y sacan de la soga la ropa tendida,
porque saben que si se moja mañana nadie podrá vestirse,
y estarán así, un poco más desnudos.

Lluvia-memoria que me toca y me lleva como un murmullo de agua.
Las gotas, sobre una gran telaraña tejida con esmero.
Parece un encaje y -al correr del agua- un lienzo

La primera lluvia sobre el suelo seco me lleva a los años de mi infancia,
la casa de mis abuelos, ese aroma incomparable a tierra seca.
Gotas y cerezas se parecen y el perfume me invade sin permiso.

Entonces levanto la cara y miro al cielo.
El impacto sobre mi boca me permite sentir el auténtico sabor de la pureza.
Abro mi boca y siento la vida en mi cuerpo.
Agua - Sed de vida, sin ti no habría mundo.

La lluvia tiene distintos sabores: a veces un sabor a memoria, otras, a futuro.
Gotas de lluvia, con un sabor tan distinto de las lágrimas, a pesar de ser hermanas perdidas.

Por eso hoy no la bebo,
y cierro la boca y bajo la cabeza
Porque no sé qué trae esta lluvia
qué arrastra en su caída,
¿quizá un poco de muerte?

Lluvia con sabor a nada, pero que duele y marca.

El atardecer, a través de la lluvia, cae con fuerza.

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