El frío puede ser el clima ideal para leer o escribir. Un libro, algo de música, la computadora o un lindo cuaderno, una idea que se va desenroscando. De a poco.
La noche empieza a llegar más temprano y con ella los rituales de interior, como dice Cortázar.
Un café, un mate, una copa de vino.
Bienvenido, frío.
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