Me gustan las palabras.
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Guardo, comparto y a veces escribo textos o ideas que me inspiran.

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miércoles, 14 de mayo de 2014

Escribir, como recordar lo que nunca existió. El recuerdo y la invención en la literatura.


A veces, intercambio unas cuantas escenas del pasado con mi hermana Martina, como quien cambia cromos: el hogar infantil que dibujamos una y otra apenas si tiene puntos en común. Sus padres se llamaban como los míos y habitaban en una calle con idéntico nombre, pero eran indudablemente otras personas.


Por estos días vuelvo a uno de los temas que más me interesan en la literatura (y en la vida):el recuerdo y la invención.

Estoy preparando algunos libros que tienen que ver con esto (La abuela civil española, de Andrea Stefanoni; El mundo, de Juan José Millás y Las garras del niño inútil, de Luis Mey). Entonces, vuelvo a los autores que hablan del recuerdo y la invención, la memoria y la fantasía. 

Me acuerdo primero de Perec y su "Me acuerdo de ...", de Silvina Ocampo y sus Invenciones del recuerdo, de Paul Auster, de Silvia Molloy, de Pessoa, de Clarice.

De ella, la genial escritora y cronista, me guardo esta frase: "tantas veces escribir es recordar lo que nunca existió. Cómo lograré saber lo que ni siquiera sé. Así: como si recordara."

Imaginar y recordar son dos acciones que, en distinto sentido, hacen lo mismo: hacer presente lo ausente. 

En el libro de Irene Klein sobre La narración, se explica respecto de las autobiografías:

"En las autobiografías se crea la modalidad contradictoria entre el creer y el no creer que acordamos al discruso de la ficción, como también la imposibilidad de construir una verdad a pesar de que una persona no se mienta a sí misma. Porque el relato autobiográfico, si bien pretende recuperar el pasado gracias a la perspectiva de la memoria, no evoca más que una figura imaginada de sí mismo: el sujeto que recuerda su pasado hace tiempo que ha dejado de ser el que era en el pasado" (Klein, I. 2007)

¿Cómo recuperar objetivamente nuestro pasado para narrarnos?¿ Cuál es el límite entre el recuerdo y la invención? y, lo que es más interesante: ¿cuándo y para qué vale la pena establecerlo? 

Pienso mucho en Rosa Montero. Algunos fragmentos de textos se nos quedan pegados, vaya uno a saber por qué. A qué recuerdo o fantasía lo asociamos.

Busco y encuentro este que tanto me gusta:

A veces, intercambio unas cuantas escenas del pasado con mi hermana Martina, ... 
De manera que nos inventamos nuestros recuerdos, que es igual que decir que nos inventamos a nosotros mismos, porque nuestra identidad reside en la memoria, en el relato de nuestra biografía. Por consiguiente, podríamos decir que los humanos somos, por encima de todo, novelistas, autores de una única novela cuya escritura nos lleva toda la existencia y en la que nos reservamos el papel protagonista.

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